Comunicación de la Red de comunicadores del MERCOSUR

Sistematización y coyuntura
Criterios y tareas para el año 2016

La Red de Comunicadores del MERCOSUR realiza, periódicamente, una actualización de sus documentos, que son producto de ir evaluando y sistematizando su práctica política y comunicacional. Este documento pretende recoger toda esa experiencia realizada desde noviembre de 2011 al presente, ver el contexto y analizar las expectativas para el año 2016.

1- Nos encontramos frente a un nuevo escenario regional donde, a la derrota electoral en Argentina, se le suma las legislativas en Venezuela y el intento de derrocamiento de la Presidenta Dilma Rousseff en Brasil. Existen claros avances de la derecha y de la estrategia de dominación que desde los sectores de poder en el mundo se viene implementando para terminar con el modelo de integración regional que parieron Chávez, Kirchner, Lula, Evo, Correa, Pepe Mujica y Cristina entre otros presidentes.
Hay un cambio en la correlación de fuerzas y en el caso argentino una pérdida concreta del aparato del Estado, con todo lo que ello implica.
Esto, sin embargo, reafirma la concepción tantas veces sostenida, de que no puede pensarse el desarrollo de un proyecto nacional y popular en un país, sino es abordado en clave latinoamericana, en términos de integración de los pueblos y de sus organizaciones representativas.

2- La comunicación popular debe ser la referencia conceptual desde donde explicitemos nuestras prácticas regionales. Desde allí, reafirmamos la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de Argentina como una herramienta indispensable, desde la cual sostener la comunicación como un derecho humano insoslayable.

3- Frente a esta realidad, no sirven las respuestas individuales, los espasmos políticos, las declaraciones altisonantes; es tiempo de consolidar las organizaciones, de fortalecer las redes, de discutir cuales son las herramientas más idóneas y creativas para la etapa que se avecina.
Reafirmamos la pertenencia a un proyecto colectivo, por lo tanto, cualquier actitud individualista o de grupo (quinta) que vaya contra la construcción de conjunto, las propuestas y acciones que fortalecen la unidad del campo popular, atentan claramente contra la batalla política y cultural (por esencia comunicacional) que debemos enfrentar en la etapa que se avecina.
Estamos ahora, en una situación de una mayor horizontalidad en las relaciones entre sectores, agrupaciones, espacios políticos y sociales; por ello, toda construcción debe partir de la base de revisar autocríticamente lo que se ha hecho, es decir contextos, metodologías, criterios para no repetir errores; pues está claro que gran parte de la victoria de la derecha en Argentina y Venezuela, se explica por los errores propios, más allá de los aciertos ajenos.

4- Se requiere construir consensos. En Argentina, es imperiosa la necesidad de generar espacios de encuentro, debate e iniciativas con los sectores obreros (no sólo los sindicales pues el 30% de la mano de obra activa no está agrupada en gremios), el movimiento mutual y cooperativo, las universidades, las organizaciones sociales y políticas en general, y en particular las del ámbito rural.
Reafirmamos que los obreros constituyen el sujeto político de la transformación; sin embargo es oportuno reflexionar como ese sujeto durante más de tres décadas se asumió como tal, para terminar luego pidiendo ser incluido en el sistema durante la década de los 90, hasta el presente donde muchos votaron, claramente, a la opción de las patronales. Puede argumentarse que en medio de este análisis pasaron varias dictaduras y el neoliberalismo, y que no se puede ser excluyente o lineal en la descripción de este proceso, pero es indudable, que tenemos una discusión pendiente, sobre esto, en el campo popular.
Cuando las representaciones sociales construidas desde las grandes usinas del marketing, logran poner en jaque nuestras identidades culturales, asistimos a un tiempo de sofisticación del relato de la derecha; es decir de su discurso, de sus consignas, de su lenguaje. Frente a esto el mejor camino que conocemos es el de la educación y la comunicación popular. Existe aquí un claro desafío para el conjunto de los comunicadores.

5- Para avanzar en esos consensos que hacíamos referencia antes, la comunicación, sus organizaciones y redes, deben ser elementos convocantes y dinamizadores.
Para ello es indispensable revisar nuestras prácticas y modelos comunicacionales, pues está claro, que han existido errores, tanto en la política de comunicación estatal, como la realizada por fuera del accionar del gobierno.
¿Tenemos un plan de trabajo a partir del cual desarrollamos e implementamos nuestras herramientas comunicacionales? ¿Evaluamos y Sistematizamos nuestras prácticas? ¿Analizamos la coherencia entre los objetivos que decimos tener a la hora de hacer comunicación con los hechos que, efectivamente, concretizamos? ¿Con que instrumentos medimos esa interrelación? Lo que sí está claro es que la derecha tiene su plan, para cada país, y lo ejecuta.

6- A partir del punto anterior: ¿cuáles son los valores y comportamientos de los sectores con los cuáles trabajamos qué demuestran que en el barrio, la ciudad o una región del país, determinados grupos han asumido nuevas prácticas sociales y políticas? ¿Qué organizaciones hemos ayudado a consolidar o construir desde la comunicación? ¿Qué aporte hemos realizado para que se modifiquen leyes locales, provinciales o nacionales? ¿Cuál es nuestra agenda de contenidos? ¿Cuál es el rol de las organizaciones en la elaboración de las mismas?

7- Es necesario revalorizar el rol de la palabra. Asistimos en Argentina, en las semanas previas a la última elección a una movilización espontánea, pero legítima, de muchos militantes por ir a hablar con la gente, a tratar de convencer, de cambiar el voto. ¿Vamos a hablar, pero escuchamos realmente lo que nos dicen los cumpas de los barrios, no sólo sus necesidades, sino, básicamente, su manera de abordar la realidad, la política, la vida? ¿O sólo interpretamos lo que dicen? Consideramos que este un elemento importante, y que estas preguntas deben ser contestadas en el plano individual, pero también y básicamente en el colectivo; en la organización a la cual cada uno pertenece.

8- La derecha viene por todo. Hay varios compañeros desde Corrientes, Misiones, Paraguay, Venezuela, Córdoba, etc. que han expresado esto con mucha claridad. Es necesario tener presente que el gobierno que conduce Mauricio Macri, no está estructurado con políticos que expresan a los sectores dominantes; sino que está repleto de gerentes de multinacionales, hijos y nietos de históricos referentes de la oligarquía, de hombres y mujeres que pertenecen a organizaciones financiadas desde Estados Unidos con el manto de sociedad civil preocupada por la corrupción y la transparencia en la política. La participación en distintos ámbitos del Estado de integrantes del grupo Clarín es otra demostración de lo que está en juego. Por ello, analizar la coyuntura y lo por venir, planteando escenarios sobre situaciones cuasi insurreccionales en tres a seis meses es subestimar el proyecto de la derecha.
Si bien es cierto que hay mayores niveles de organización y participación en el campo popular, ahora con respecto a los años 90; si este entramado social y político no se articula, los niveles de respuesta y construcción serán más lentos y menos eficaces.

9- Desde la comunicación tenemos que analizar también el rol de las nuevas tecnologías de la información y de las redes sociales.
Reafirmamos en este sentido la necesidad de fortalecer el trabajo que se viene realizando en software libre, los niveles de interrelación con otras experiencias en América Latina y la formación de compañeros/as a lo largo del territorio nacional. Esto es estratégico y aún más, con la caracterización de la coyuntura política que venimos haciendo.
Las redes sociales se han transformado en un territorio de disputa ideológica y política. Sabemos que los sectores dominantes las utilizan de una forma sistemática y que muchas acciones, que luego se efectivizaron contra los gobiernos, fueron implementadas o traccionadas desde allí. Ahora bien, cabe preguntarse ¿cómo estamos utilizando desde el campo nacional y popular estas herramientas, ya sea en Argentina, Paraguay, Brasil o Venezuela, para poner algunos ejemplos?
La realidad de Argentina está demostrando que una inmensa mayoría de compañeras/os utiliza, facebook por nombrar una, para sacarse la bronca o para darse contención.
También, presenciamos a diario, discusiones, insultos y agresiones que terminan siendo absolutamente funcionales al esquema de comunicación de la derecha. Concluimos hablando con los convencidos o en furiosos debates con los que piensan, exactamente lo contrario a nuestras convicciones.
¿Sirve eso así? Parece prudente generar una discusión sobre esto, pues si los grupos que se arman “en defensa del modelo nacional y popular”, no generan o propician espacios organizativos, todo queda en una gran catarsis colectiva de miles y miles de horas frente a una computadora o teléfono celular, realizada por 300.000 a 400.000 buenas personas.

10- Insistimos en que es prioritaria la formación de cuadros políticos en comunicación, reconociendo que en muchos lugares, los niveles de capacitación requeridos están enmarcados en cuestiones técnicas, de producción, de elaboración de programas radiales, etc.

11- Sostenemos, desde nuestro encuentro en Mayo de 2012 en Posadas, Misiones, la decisión de construir una agenda de contenidos que tenga que ver con la integración regional, con la unidad del campo popular, con la práctica social y política.
En ese sentido consideramos que la Cultura y la Tierra son dos elementos esenciales de la misma. Ambas disparan a su vez, otras temáticas, otras problemáticas: los recursos naturales, la propiedad, el medio ambiente, los pueblos originarios, la música, las comidas, valores y disvalores, etc.
La Historia como proceso es otro componente vertebrador.
Abordarla implica recorrer un camino negado, desvirtuado y deslegitimado por los sectores dominantes; por lo tanto su ponderación está enraizada en la vida de los pueblos.
Los Derechos Humanos, salud, educación, niñez, migraciones, trata, género, discapacidad, modelos productivos, trabajo precario son temas que han aparecido de diversas formas en nuestras instancias de formación. Es una tarea permanente recorrer este listado, en donde, seguramente, el sistema democrático, sus instituciones y funcionamiento adquieren, hoy, otra relevancia.

12- Otro elemento a ponderar lo constituyen los escenarios comunicacionales. En estos últimos años se fue consolidando una tendencia a darle al Medio un rol protagónico, relativizando o directamente ignorando, los sitios públicos, los espacios verdes, los lugares de trabajo, donde allí la comunicación fluye de otra manera. Preferimos “encerrarnos” en el estudio, la productora, el local de militancia y desde allí hacer “prensa” y generar noticias, desconociendo la potencialidad transformadora de la calle ya sea en comunicación específicamente, como en política. Nuestro pueblo nos enseñó, innumerables veces, donde se definen los acontecimientos.

13- Al hablar de construcciones en comunicación, reafirmamos la cualidad emancipadora que debe tener la misma, y cuestionamos, entonces, aquella que sólo habla de medios, y cuando se hace mención a ellos, no se escapa de los tradicionales, de los que comúnmente utilizamos. Por lo tanto hay que repensar esas herramientas y ver sino es necesario complementarlas con otras, o directamente revisar su utilidad e impacto. Hay que abordar el tema como mucha amplitud y sin preconceptos, que no nos cierre la mirada sobre cómo se informa la gente, y la decodificación que hace de los mensajes que, cotidianamente, la invaden desde canales de TV, diarios y radios manejados por grupos monopólicos o corporativos.

14- Retomando la realidad latinoamericana: ¿La integración regional aparece en nuestras prácticas, en nuestras construcciones comunicacionales? ¿Se refleja como producto de la noticia de un día o está integrada a una estrategia del medio o de la organización/institución de la cual participamosNecesitamos seguir avanzado en los niveles de articulación con la enorme cantidad de experiencias que se vivencian en el MERCOSUR. Ese camino construido, hasta ahora, nos ha permitido visualizar la complejidad de la construcción mercosureana; y en lo que respecta a comunicación; la diversidad de legislaciones, los desarrollos organizacionales, el rol de los Estados, las estrategias de los medios corporativos en cada país, entre otras tantas cosas.

Creemos importante que se estudie y profundice el análisis del proceso boliviano conducido por Evo Morales, en donde vale reflexionar sobre el rol de los movimientos populares en el gobierno, las estrategias comunicacionales y su relación con la construcción política. Es decir, socializar metodologías, herramientas, formas de trabajar que puedan, no ser extrapoladas automáticamente, pero sí que aporten otra mirada a nuestras prácticas. Hay ejemplos a lo largo de toda nuestra América Latina.

15- La tarea es hacer llegar estas reflexiones a las organizaciones sociales y políticas, a los comunicadores, a cada compañera/o que esté militando. Las mismas están puestas para el debate, como disparadores de la discusión, y no como una verdad al final del camino. Y como ya sabemos, se hace camino al andar.

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